Aprendemos del compromiso de Lenin con el marxismo
Queridos y queridas camaradas
Lenin era marxista. En el siglo XX, fue un líder comunista que influyó profundamente con sus pensamientos y acciones en todos los líderes revolucionarios posteriores a él. Tanto es así que en el siglo XX el marxismo también era conocido como «marxismo leninismo» con el nombre de Lenin.
Lenin fue el mejor, inquebrantable seguidor y alumno creativo por excelencia de Marx y Engels. Lenin distingue entre los análisis o conclusiones e ideas teóricas de Marx sobre diversos temas y problemas y el método marxista.
El «materialismo dialéctico e histórico» es el método del marxismo. En el marxismo de Lenin, el «método del marxismo» es lo primero y está siempre en el centro de atención. Siempre favoreció el método marxista y la adhesión al método marxista.
Lenin «lee», analiza y saca conclusiones situando las ideas teóricas o políticas marxistas sobre la guerra, la cuestión nacional, etc. en el contexto de su formación y desarrollo histórico. Esto es ya una exigencia y un campo de aplicación del método marxista. No se contenta con «repetir» las ideas marxistas y defenderlas de manera «fiel», sino que las desarrolla preservando su coherencia e integridad internas, dándoles cualidades que respondan a las necesidades revolucionarias actuales. El compromiso de Lenin con las ideas del marxismo no es estático, pasivo, limitado, aburrido, sino vivo, dinámico, fluido y creativo.
La lucha contra la corrupción y la distorsión del marxismo y el oportunismo siempre forman parte de la agenda.
Expuso aspectos del marxismo que habían sido olvidados o tergiversados por los oportunistas, como la teoría del Estado, la violencia revolucionaria, el internacionalismo, actualizó la teoría marxista de la revolución, aplicó perfectamente el marxismo a los problemas de su época. Restableció la internacional revolucionaria.
Queridos camaradas
Lenin desarrolló su análisis de la etapa superior y última del capitalismo, el «capitalismo monopolista», formuló la predicción teórica de que el capitalismo monopolista, sobre la base de los monopolios nacionales, une a la economía mundial y a todos los países del sistema imperialista como eslabones de una cadena, y que la revolución puede tener lugar en uno o varios países de los eslabones más débiles de la cadena imperialista. La ley del desarrollo desigual e inconstante del capitalismo, que se exacerba en la etapa del imperialismo, lo hace posible. Logró romper y trascender la obsoleta teoría revolucionaria de la II Internacional de que la revolución puede tener lugar en los países donde las fuerzas productivas, la cultura, etc. están más desarrolladas.
En el centro mismo del pensamiento de Lenin está la verdad de la actualidad de la revolución, y contempló todos los acontecimientos importantes de su época a través de la proyección de la actualidad de la revolución. Los comunistas de todos los países de hoy también deben guiarse por la verdad de la actualidad de la revolución.
Camaradas
La globalización del proceso de producción, caracterizada por el dominio total de los monopolios internacionales, los más grandes de los cuales son los monopolios mundiales, sobre el mercado mundial integrado de la producción, el comercio y la exportación de capitales, en el que el capital especulativo adquiere una posición destacada en el movimiento total de capitales. Hoy en día, cuando los monopolios internacionales y los Estados imperialistas están enfrascados en una feroz competencia por el mercado mundial y en una lucha por redividir el mundo sobre la base de esta competencia, cuando el neocolonialismo se ha transformado en una forma más severa de subyugación, el colonialismo financiero-económico, el capitalismo mundial con estas características distintivas ha alcanzado una etapa del imperialismo, la etapa de la globalización imperialista.
Tal como lo define el programa revolucionario, en las condiciones de la globalización imperialista, las revoluciones pueden estallar en el eslabón o eslabones más débiles de la cadena imperialista, haciendo posibles las revoluciones regionales. La misma situación madura las condiciones objetivas para la transformación de revoluciones en países individuales en revoluciones regionales y olas de revolución mundial, y refuerza la posibilidad de que las revoluciones se desencadenen unas a otras en muchos países.
Los comunistas marxistas leninistas han emprendido la tarea de desenterrar y actualizar el programa y la estrategia de la historia comunista para unir a los pueblos de los Balcanes, el Cáucaso, etc. en federaciones regionales de la dictadura del proletariado bajo la dirección del proletariado revolucionario, así como el objetivo de la III Internacional «federación de la dictadura mundial del proletariado».
Marx y Engels formularon la consigna «Trabajadores de todos los países, uníos» en el Manifiesto Comunista en el momento de la fundación del marxismo. Esta consigna estaba en consonancia con el proceso histórico de instauración del socialismo científico. Lenin «politizó» esta consigna en las condiciones de su tiempo; planteó la consigna «Obreros de todos los países y pueblos oprimidos uníos», que dejaría su huella en el siglo XX. Y sentó las bases de la estrategia revolucionaria definida por esta consigna.
Hoy, los comunistas marxista-leninistas, siguiendo las huellas revolucionarias de Lenin y de la III Internacional, hemos desarrollado la consigna «¡Proletarios de todos los países y pueblos oprimidos, uníos!»; creemos haber actualizado la posición y la línea revolucionaria de Lenin en las condiciones de la fase de globalización imperialista del capitalismo monopolista y de la crisis existencial del capitalismo.
Camaradas
A finales de 1989-90, con la disolución y el colapso de la URSS revisionista moderna y la disolución del Pacto de Varsovia, la burguesía mundial declaró que había ganado la «Guerra Fría» y declaró el «fin de la historia». Una tremenda ola de reacción y desesperación se extendió por todo el mundo. La disolución ideológica liquidacionista y la rendición dentro del movimiento revolucionario y comunista fueron acontecimientos decisivos. En este proceso, el liquidacionismo, la crisis ideológica y organizativa rodearon al movimiento revolucionario, nacional revolucionario y comunista en el mundo, en resumen, el movimiento comunista mundial entró en un proceso de crisis estructural.
El fracaso de las revueltas populares, de las huelgas de masas y de las oleadas de huelgas generales que han fermentado en la última década y el fracaso de la reivindicación de la vanguardia y de la dirección comunista apuntan a la realidad de la crisis estructural del movimiento comunista mundial.
Los pueblos en levantamiento no están orientados hacia el derrocamiento de la dominación política de la burguesía y la toma del poder. Hoy en día, el «movimiento comunista mundial» carece de unidad ideológica y organizativa, y sus vínculos con el movimiento obrero, los movimientos populares y los levantamientos son muy débiles. Sin embargo, no cabe duda de que las vanguardias y direcciones comunistas del siglo XXI surgirán del movimiento de la clase obrera y de los movimientos y levantamientos populares firmemente conectados y de estas mismas luchas.
En las discusiones de la 5 Conferencia del ICOR se ha mostrado que el mundo ha entrado en un tiempo tormentoso. Los líderes revolucionarios tienen que ser preparados por las tormentas revolucionarias. Frente a los comunistas de todos los países está la tarea de fundar partidos vanguardías que tienen una estructura ilegal que se basa en revolucionarios profesionales y que tienen un programa y una teoría revolucionaria.
Queridos y queridas camaradas
Los comunistas marxistas leninistas de Turquía y Kurdistán, a partir de la Revolución de Unidad, que realizaron con la pretensión de revertir el proceso de escisiones y fragmentaciones que el propio movimiento comunista internacional experimentó desde los años 60 hasta los años 90, han ido avanzando en la línea de superar la crisis estructural en el período de varias décadas.
El establecimiento de relaciones de igualdad entre los partidos y las organizaciones marxista-leninistas es la base para el desarrollo de la cooperación revolucionaria y de las relaciones internacionales revolucionarias. La experiencia del siglo XX lo confirma.
Debería estar claro para todos que los rangos basados en diferencias teóricas no servirán para el desarrollo de la lucha por la revolución y el socialismo en el mundo. Hoy, a pesar de las diferencias teóricas e ideológicas, los partidos, las organizaciones y los círculos que defienden al marxismo y al socialismo en una orientación políticamente revolucionaria, que forman uniones regionales o internacionales antiimperialistas y antifascistas, que aumentan su eficacia política en el escenario internacional apoyando las luchas y los levantamientos de la clase obrera y de los pueblos en coordinación, y sus interacciones ideológico-teóricas en este terreno son la base para el desarrollo de la lucha revolucionaria de la III. Internacional basada en las tradiciones y logros revolucionarios de la III Internacional alimentará la construcción de una nueva internacional revolucionaria y el proceso de salida de la crisis estructural.
Hoy, cuando se agudizan las contradicciones interimperialistas, aumentan el rearmamiento y el militarismo, se multiplican los signos que sugieren el peligro de una nueva guerra imperialista de división y crecen los movimientos neofascistas, las tareas de combatir el socialchovinismo y de elevar el internacionalismo revolucionario son necesidades de caminar tras las huellas de Lenin y de la preparación revolucionaria. No olvidemos nunca la lección de que una nueva guerra mundial de división y el surgimiento de un nuevo fascismo sólo pueden evitarse mediante el desarrollo de luchas revolucionarias y revoluciones.
Camaradas
En la fase de la globalización imperialista, la revolución está de actualidad y el futuro de la humanidad depende más que nunca de la acción revolucionaria del proletariado. El proletariado revolucionario marcará el futuro y el destino de la humanidad y del planeta. Se han fortalecido las posibilidades del proletariado de unir en torno a sí contra la burguesía a las capas trabajadoras oprimidas y explotadas no proletarias de la población, a las naciones y comunidades nacionales oprimidas, a las mujeres como sexo oprimido, a las comunidades religiosas oprimidas, a las orientaciones sexuales oprimidas. Sólo abrazando y apoyando las reivindicaciones liberacionistas de los oprimidos contra el imperialismo y el capitalismo, el patriarcado, el colonialismo y el fascismo puede la vanguardia comunista del proletariado atraerlos a la línea de lucha por la libertad política y la revolución social.
El programa del proletariado revolucionario tiene la conciencia y la voluntad de desempeñar su papel histórico en la solución de todos los problemas de la humanidad y en la construcción de una nueva civilización, desde la lucha por la liberación de la mujer y la revolución de la mujer hasta la destrucción ecológica que amenaza la existencia del planeta y de la humanidad.
Trabajadores y oprimidos de todos los países, ¡uníos!
¡Viva el internacionalismo revolucionario!
¡Viva la revolución y el socialismo!