Seminario «Las enseñanzas de Lenin están vivas» Bloque 1

El nuevo carácter imperialista del Estado polaco

Czerwoni, 

Queridas y queridos camaradas:

Soy A., Czerwoni, soy un marxista-leninista de Polonia, y mi tarea hoy es informarles del carácter neoimperialista del estado polaco.

Pero permítanme empezar por lo general: Polonia ha registrado recientemente un enorme aumento del producto interior bruto (PIB). Según los datos de la OCDE, la economía polaca es la que más rápido crece de todos los Estados miembros de la UE, y también de todos los países de la OCDE. Un aumento del PIB del 1,5% de un trimestre a otro y del 3,2% anual garantizan el primer lugar de Polonia en la clasificación. Esta tendencia es claramente reconocible desde mediados de 2023. Por supuesto, un indicador mucho más importante y fiable del desarrollo económico es la producción industrial. Desde hace aproximadamente un año, la producción industrial polaca experimenta un ascenso muy lento interrumpido por fases fluctuantes de estancamiento, características de la etapa del capitalismo monopolista. Este crecimiento sigue a una crisis de la producción industrial polaca que duró desde principios de 2022 hasta la primavera de 2023.

Continuamos. Lenin nos enseñó que una de las características básicas del imperialismo es que la exportación de capital es cada vez más importante que la exportación de mercancías. Este es exactamente el caso de la Polonia neoimperialista. Según datos de la UNCTAD, las inversiones directas de Polonia en el extranjero alcanzaron la cifra récord de 10,4 mil millones de dólares en 2023. En comparación con 2022, esto supone un aumento del 64%, e incluso un salto del 228% en comparación con 2021. Las empresas polacas ya han invertido un capital total de más de 38 millones de dólares en el extranjero. Las empresas polacas se están expandiendo no solo dentro de Europa -principalmente en Europa Central y Oriental-, sino también a escala mundial. KGHM -una de las mayores empresas estatales polacas y uno de los principales productores mundiales de cobre y plata- produce en Estados Unidos, Canadá y Chile y está presente en 4 continentes. Según las estadísticas de principios de 2024, Polonia cuenta con 50 empresas mundiales que producen productos farmacéuticos, materiales de construcción, productos químicos, alimentos, muebles, ropa, acero, maquinaria y vehículos de motor. El sector manufacturero predomina en las exportaciones de capital con un total de más del 40%.

Vayamos más allá de eso. Lenin nos enseñó la etapa del imperialismo: bajo el imperialismo, la concentración de los medios de producción y del capital es tan completa que produce monopolios, que desempeñan el papel decisivo en la vida económica. En 2023, 8 de los 500 mayores monopolios europeos eran polacos. En primer lugar, el gigante polaco del petróleo Orlen (en el lugar 44 de la UE), seguido de Tauron, ENEA y PGE relacionados con el sector energético. Así como el ya mencionado productor de cobre y plata KGHM. Es seguro que no le sorprende que se trate de empresas estatales o dominadas por el Estado. La lista de 500 también incluye dos bancos polacos, PZU y PKO.

Todas las empresas de la lista son de gran importancia para la economía polaca. Tomemos como ejemplo el año 2023: Orlen, propietaria de cientos de gasolineras fuera de Polonia, no sólo en Alemania, sino repartidas por toda Europa Central y Oriental, aportó 70.000 millones de złotys1 al presupuesto del Estado, lo que supuso alrededor del 12% de su composición. Ese mismo año, Orlen consiguió aumentar su volumen de negocios en 28.000 millones de złotys. En la forma de propiedad estatal polaca se puede observar otra peculiaridad del imperialismo subrayada por Lenin: la fusión del capital bancario e industrial y, sobre la base de este "capital financiero", la aparición concomitante de una oligarquía financiera.

Desgraciadamente, el Estado neoimperialista polaco también se está armando hasta los dientes. Según las estimaciones de la OTAN, los gastos de defensa en Polonia ascenderá al 4,12% del PIB este año. En términos porcentuales, esto convierte a Polonia en el líder de todos los países de la OTAN en gasto militar. El promedio de la OTAN es del 2,71%, mientras que Estados Unidos gastan el 3,38% de su PIB en material de defensa. En términos nominales, el gasto de defensa de Polonia este año se estima en 151,24 mil millones de złotys. Las estadísticas disponibles muestran también que en el período 2022-2035 se gastarán más de 713.000 millones de złotys en programas continuos y previstos. Además, el Estado polaco tiene el tercer ejército más grande de la OTAN, con 216.000 soldados, que planea duplicar hasta 400.000 en la próxima década, de modo que los soldados supondrían el 1% de la población actual de Polonia. Los analistas señalan también el aumento de la cuota de los militares polacos en los pedidos de defensa, que cubre la propia industria polaca y que probablemente va a aumentar. Todo ello demuestra el aumento de la inversión del Estado polaco en la industria de armamentos.

Para el imperialismo, por supuesto, el siempre creciente y enorme peso de los gastos en armamento se descarga constantemente a las masas trabajadoras. Mientras el Estado polaco delega grandes sumas de dinero en armamento, recorta las prestaciones sociales, mantiene los salarios de los empleados estatales en el mínimo absoluto y obliga a despidos masivos, por ejemplo en correos y ferrocarriles. Al mismo tiempo, el 40% de la población polaca vive ahora al límite de la subsistencia y el 5% de los polacos vive en la pobreza extrema.

Además de los preparativos militares para la agresión exterior, la segunda característica básica del imperialismo -la reacción interna- también es evidente en la Polonia neoimperialista. En las recientes elecciones europeas, el partido neofascista "Confederación" (konfederacja) obtuvo un alarmante 12% de los votos. Al mismo tiempo, el gobierno y el parlamento polacos de nuevo imperialismo están girando cada vez más en la dirección del fascismo militarista. Donald Tusk, Primer Ministro en funciones de Polonia, conmocionó al congreso del Partido Popular Europeo con su declaración del 7 de marzo en Bucarest: "Los tiempos de paz y tranquilidad han terminado, el periodo de posguerra ha terminado. Estamos en el periodo de preguerra."

Con esto Tusk prepara la propaganda para el futuro servicio militar obligatorio: "La situación en la que se encuentran Europa, Ucrania y Polonia requiere la concentración de energía y la máxima solidaridad (...) de toda la nación polaca." Verdaderamente un ejemplo de libro de texto de la colaboración de clase anunciada de la burguesía con las amplias masas de trabajadores para quemar sus vidas en una guerra imperialista.

En estas difíciles condiciones, los marxista-leninistas polacos se enfrentan a la dificilísima tarea de organizar y movilizar lo más ampliamente posible a la clase obrera para unir sus filas contra la explotación capitalista y el imperialismo. La clase obrera, especialmente el proletariado industrial, debe estar a la cabeza de todos los sectores progresistas de las masas en Polonia para detener la marcha del fascismo y el militarismo. Sin embargo, esto será imposible sin un verdadero partido obrero. La tarea más importante de los marxista-leninistas polacos ahora es construirlo sistemáticamente desde cero sobre las bases del marxismo-leninismo.

¡Abajo el imperialismo! ¡Viva la solidaridad obrera internacional! ¡Viva el socialismo!

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